Avisos semi-clasificados

1. Vendo servicio de adentro sumamente rebelde. Incluyo látigo y acepto cocinera en parte de pago. Informan por el 4444.

2. Traspaso lo que queda de señora de servicio muy eficaz. Indispensable ponerle manos nuevas pero el cuerpo todavía sirve. Es sumamente económica, se alimenta con sobrados y agua dos veces a la semana y asimila muy bien los empujones. Informa Doña Petra Tralatan Baruta. West Side 54.

3. Vendo lote de esclavos muy bien conservados desde la colonia. Dentadura de primera y buena salud. Ideales para fábricas en las que hayan embargado las grúas y los montacargas. Puedo facilitarlos en prueba bajo la condición de que no me los dejen ver la Serie de Tv. "Raíces". Informa Don Tenorio Soto de la Sota y el Sotal. Hacienda La Caridad.

4. Mayordomo italiano, joven, tenor, bien parecido y simpático se ofrece para trabajar sin sueldo en apartamento de agente viajero o marino activo. Indispensable esposa bien parecida. Enviar foto de la esposa y teléfono al apartado 09 (también puede mandar la foto del esposo para verle la cara).

5. Me traspaso a conocidos de la familia López. Con derecho a contar con lujo de detalles todas las intimidades y peleas, así como dar un informe de su verdadera situación económica. Tengo opiniones grabadas del señor y la señora sobre sus amistades, y fotografías de la señora sin maquillaje y sin faja. Puedo negociar algunas joyas de la casa. Cuento anécdotas y doy mi opinión sobre distintos aspectos de las sinvergüencerías del Sr. López. Juana tlf. 0008. Llamar en la tarde cuando no están ninguno de los dos.

Otrova Gomas / El cofre de los reconcomios

Astucia

Competencia

Hay una competencia entre un gringo, un africano y un maracucho; ganaba el que tirara una piedra lo más lejos posible.

Para ello el árbitro estaba en un jeep sin techo con el cual perseguiría a la piedra y marcaba el sitio donde caía para medir las distancias y por supuesto nombrar al ganador.

 Comienza la competencia, arroja la piedra el gringo, arranca el jeep detrás de la misma “una, dos, tres, cuatro millas y media, buena marca”.

Le toca al africano, arroja la piedra “una, dos, tres, cuatro, cinco seis millas y un cuarto, bien bueno.

Le toca el maracucho, ¡zas! lanza la piedra y con ella arranca el jeep atrás, “una, dos, tres, cuatro... ocho, nueve...”.

En el viaje se le pinchan los cauchos al jeep, se le funde el motor, se le acabó la gasolina y le preguntan al maracucho todos asombrados qué tipo de piedra lanzó, a lo cual contesta:

 “Qué piedra del carajo chico, lo que tiré fue una palomita sin rabo”.


Recomendaciones para una cita


Isabel y Claudia, dos viudas de edad avanzada, se encuentran sentadas en un café local.

Isabel: “Vieras que José me pidió que saliéramos en una cita. Como me enteré que saliste con él la semana pasada, me gustaría hablar contigo acerca de él antes de darle mi respuesta’

Claudia: “Bueno, déjame contarte:

Él se presentó a mi apartamento puntualmente a las 7:00 PM vestido como todo un caballero en un fino traje y me trajo un arreglo flora! precioso. Después bajamos las escaleras hacia a calle y me encontré con una limusina con chofer uniformado y todo lo demás.

Me llevó a comer, una cena maravillosa, con langosta, champaña, postre y bebidas. Después me llevó a ver una obra de teatro y déjame decirte, Isabel, la disfruté tanto que me pude haber muerto de la felicidad en ese momento.

Más tarde me llevó a mi apartamento y se convirtió en un animal. Completamente loco, me arrancó en pedazos mi vestido más fino y caro e hizo su santa voluntad conmigo, ¡dos veces!”

Isabel: “¡Dios mío! ¿Entonces me estás diciendo que no salga con el?”

Claudia: “¡No, no, no! ¿Simplemente te estoy diciendo que uses un vestido barato!”