En un hogar maracucho

- Mija, ¿No sabéis dónde puse yo la cartera?


-Abuelo, yo la vi allá por la silla.

-¿Cómo que ladilla?, ¿vos no vais a respetar?, ve que te doy un pescozón que te dejo toa turuleca.

-Abuelo, chico, aquí está mira; además, no tiene cobres.

- Yo sí soy pobre, pero honrado, además, vos como que tenéis muchos cobres mirá.

- Abuelo ya, vamos pá que te quitéis ese pelero.

- ¿Tetero?, ¿quién está aquí de tetero?, ve que yo soy todo un varón, vamos a ir respetando, pues.

- ¡Ya, abuelo, vamos, ¡ahí viene el bus!

- A mí qué me importa George Bush, ese es un imperialista, un maluco, un...

- ¡Apúrate abuelo!

Ya dentro del bus que venía full, y aquel coctel de violín propio de la hora: 2.30 pm., hacía de aquel viaje todo un tormento, más aún sabiendo que ahí iba nada más y nada menos que el abuelo don Audio. De pronto, llegó el colector a cobrar el pasaje.

- ¡Vamos, pues, espalda con espalda, dos filas, una en cada tubo!, pasaje por aquí, viejito.

- ¿Cómo es la vaina? Más chiquito sois vos, yo sí te doy unos jurones pa' que respetéis.

- ¡Pero, ¿qué le pasa, maestro? ¿O es que no va a pagar?

- ¿Que me vais a bajar? ¡Atrévete pa' que veáis!

- Ya abuelo. Toma, chamo, cóbrate dos pasajes, nos dejáis por la esquina.

- ¡Fiúuu! Déjalos por la esquina

- ¡A mí no me llaméis gallina!, bájate pa' que sepáis lo que es un varón. ¡Muérgano, cobarde!

-Abuelo, ya está bueno ya, cálmate que te va a dar una cosa.

- ¿Una rosa? ¿Quién te dijo que yo quiero una rosa? ¿Vos me creéis un amanerao?

- No chico, vamos pa' que te peléis.

- Eso sí es verdad, conmigo no podéis, es más, no me voy a pelar nada, así estoy bien, allá en la casa me peluquiáis vos.

- Qué monguita, abuelo, me hubieras dicho. -Ningún bicho, a mí no me llaméis bicho, deja que lleguemos a la casa pa' enseñarte